jueves, 18 de abril de 2013

Imposible.

Una palabra bonita a la vez que odiosa, dulce a la par que grotesca, y tan fácil de decir pero tan difícil de explicar. Es una palabra que da gusto pronunciar "Im-po-si- ble", cada sílaba situada en el lugar indicado para hacer un conjunto de sonidos que hagan música en los oídos. Pero pensarlo, es una palabra dedicada a los cobardes, a los miedosos, a los caguetas a todas aquellas personas que no son capaces de darse cuenta que nueve letras no van a tener mayor significado que el que le de uno mismo. Nueve letras, nueve asquerosas letras que han roto muchos sueños, frenado miles de decisiones y cerrado innumerables puertas, que solo volverán a abrirse si tu lo  decides. Nueve letras, empezando por la "I" (de iluso) seguida por la "M" (de mediocridad) luego la "P" (de problema) a continuación la "O" (de olvido) la "S" (de sarcasmo) y de nuevo la "I" (esta vez es de incrédulo) la "B" (de brusco) la "L" (de lelo) y para finalizar la "E" (de esclavo). 
A pesar de la perfección de la palabra, yo pienso que le sobra ese prefijo ese "Im-" que sin él queda una palabra mejor aún "Po-si-ble", una palabra que da un pequeño morbo al pronunciarla, pero como ahora no vamos a hablar de ella (ya la dedicaré otra entradita) sigamos con nuestro Imposible, os voy a proponer una cosa cada vez que pretendáis decir "imposible" cambiarlo por "Improbable" y si alguien de vuestro alrededor lo dice, entonces corregir le.

Hagamos de esto un mundo mejor :)

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