Tu y yo nunca debimos habernos encontrado, porque historias imposibles ya hay muchas, y esta es una de esas que apestan a complicaciones y sueños inalcanzables. No será mejor que cambiemos de libro y elijamos uno en el que todo sea color de rosa, los príncipes azules no destiñan y las princesas no lleven botines moteros con tachuelas. Elijamos una historia que tenga planteamiento y nudo, pero no final. Porque como dijo alguien, los finales felices no existen, ya que las buenas historias nunca han de terminar.
Es lo que tiene lo imposible... que atrae. Entonces no quiero que seas imposible, no quiero que me atraigas, no quiero haber nacido veinte años tarde...
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